En momentos donde actuamos con egoísmo, rabias, frustración y agresión, son momentos donde mas miedo tenemos. No hay marcha atrás para esos momentos de agresión y violencia verbal o física que ya transcurrieron. Lo que queda es el reconocimiento a través del perdón. Pedir perdón es reconocer que se hizo una acción sin tomar un respiro anteriormente.
Muchas ocasiones, vamos predispuestos a agredir, a paliar, a reclamar o hasta a ofender, ya suponiendo que el resultado es el mismo. Con eso no logramos nada. "Desde mi centro te perdono", esa es la frase que debemos decir antes de actuar, antes de entrar en cualquier circunstancia. Luego "Gracias, perdón, te libero", para que la energía creada en esa situación, no permanezca en ti por largo tiempo. Deja marchar cosas del pasado, despréndete y no te encadenes contando las situaciones que acontecieron en ti a otros. Todos somos diferentes y unas personas tienden a exagerar las situaciones mas que otras.
En el camino siempre aparecerán seres que te ayudaran a manifestar y crecer con tolerancia, compasión y paciencia. El día que logres decir las cosas, sin ofender o ofenderte, sin juzgar y sin comparar, el día que aceptemos que todos somos un mundo en diferente evolución pero a la final somos uno. Ese día obtendrás la maestría del Ser.
Perdonando, olvidas, olvidando sanas y sanando eres libre.
Confía en la aventura de la vida y deja pasar lo que ya no existe. Permanece en el presente lleno de nuevas oportunidades.
Perdona, perdónate, entrega y deja olvidar, aceptando que en este instante esta dispuesto a continuar con la chispa de luz, alerta y respirando en calma siempre antes de actuar o reaccionar.
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